Murcia
Por fin el autobús se detiene y me muero por estirar las piernas en Murcia, ciudad famosa por su huerta, su rico folklore, el buen tiempo y el ambiente universitario. Voy dando un paseito hasta Café Lab, un local muy acogedor en la Plaza de los Apóstoles, donde me tomo un café y un trocito de tarta.


Ya estoy preparado para explorar la faceta cultural de Murcia, me voy a la Galería Léucade para disfrutar de la exposición ‘Encuentros’. De encuentros va la cosa porque me topo con el pintor Jean Carlos Puerto, ¡me encantan sus cuadros! También me paso por Art Nueve, que tiene un diseño muy moderno con unos cuadros chulísimos.
Doblo la esquina y bajo por la Gran Vía de Alfonso X El Sabio o también llamado “Tontódromo”. Sí sí, lo habéis leído bien. Al parecer, antiguamente los jóvenes paseaban recorriendo el “Tontódromo” de arriba abajo y coqueteaban entre ellos. De este tonteo le viene el nombre. ¡En mi poblado cortejamos a nuestras parejas en las fiestas del granero! Aquí lo hacían en este paseo emblemático que une la Plaza Circular con la de Santo Domingo.


Tras beberme una cañita en el bar Gran Vía con una buena tapa de ensaladilla me dirijo a la Galería Babel Arte, que ofrece ahora una exposición de pop art con toques surrealistas. ¡Cuando me pongo en plan cultural no hay quien me pare!
Me encamino a la parte sur de la ciudad, cerca del río Segura, porque quiero comer en el restaurante vegano El jardín de los dragones. La comida está tan rica que no tiene nada que envidiar a las carnes. Después, paseo siguiendo el curso del río, rodeado de preciosas casas y jardines floridos, paso cerca de la majestuosa Catedral, de estilo gótico, y del Edificio Moneo, ampliación del Ayuntamiento. Cerca de la Plaza de las Flores me encuentro con una tienda chulísima que vende ropa vintage, ¡al peso! Se llama Flamingos Vintage Kilo.


Vuelvo a la plaza y hago una paradita en El Pasaje de Zabalburu y La Tapa, el primero conocido por presentar comida típica murciana y el segundo por sus tapas únicas.
He comprado algunas ropas para mis primos Duncan y Evan, aunque tengo que decir que para ellos esta ropa no es vintage en el poblado, ellos siempre llevan tirantes y camisas, y largas barbas con sombreros. Se van a poner contentísimos. He llegado a la zona universitaria y cerca está el restaurante Alborada. He hecho bien en sentarme en la barra porque se puede apreciar la elaboración de los platos, la comida está buenísima y conozco a un grupo de chicas majísimas que visitan el lugar a menudo. Mi cena es mayormente pescado, ¡aprovecho que estoy de viaje y puedo saborear el mar!


Las chicas me han comentado que también se cena genial en La Bien Pagá, aparte de ser los que mayor variedad de vinos a buen precio tienen en su carta. Pero yo ya estoy lleno y me dirijo a El Ahorcado Feliz, donde he quedado con Jean Carlos para tomar algo. ¡Este artista es muy simpático! Además de pintor es psicólogo y le quiero hablar un poco de la cultura amish.
Nos hemos tomado unos gin tonics muy ricos, no creo que sea capaz de saborear el espirituoso casero de la misma manera. Jean y yo nos hemos caído muy bien y seguimos disfrutando la noche murciana en Café Moderno y la Sala R.E.M., esta última es una sala de música alternativa con estilos como rock, indie, retro, etc. Cuando salimos del local me despido de Jean, ¡aunque seguiremos en contacto por Whatsapp! Me vuelvo a la estación dando un paseo acompañado de la cálida brisa nocturna, ¡me ha encantado esta ciudad!
Ilustración:Prisco – Texto:Yulia Z. – Edición de Imagen:Trini Gasanz
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