SOMOS FEOS
MODA #38SOMOS FEOS
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Vivimos en un realidad desdibujada. Cualquier aspecto de nuestra vida es diseñada a medida para engancharnos y manipularnos en pro de una sociedad de consumo que hace que nos convirtamos en absurdos tragones de contenido basura. En moda no iba a ser menos. Sin ánimo de ofender a quien considere que todo vale, he de decir que esto tiene que parar.

Ahluwalia
Todos los artistas se definen como tal al luchar de forma constante y pertinaz por transmitir a través de sus obras las sensaciones, los sentimientos y las emociones que tienen o que quieren provocar. Esta bien que mezclar es complejo y para ello hay que tener un ojo muy evolucionado y educado para no caer en un mix más propio de gypsies venidos abajo, pero lo que sí está claro es que casi nunca sale bien el “cuanto más mejor”. Esta diseñadora se graduó en 2018 y ha ganado muchos premios por su trabajo en moda masculina. Los volúmenes y la puesta en escena está muy trabajada pero creo que aprovechar la tendencia feísta que está dándolo todo como base de la colección aleja la creatividad de la experimentación que es lo que verdaderamente debería ser nuevo. Es cierto que Wang es un gran diseñador, transgresor y arriesgado pero ya van para 4 los años en lo que tenemos que aguantar esas zapatillas tan grandes y feas, solo se ven Bratz por las calles, son de todo menos favorecedoras. Menos mal que algunos de los modelos de la colección que nos presenta la joven diseñadora sí son novedosos en cuanto a superposición de materiales.
Ancuta Sarca
Aprovechando el hilo del calzado de la diseñadora anterior os presento a otra. La filosofía de su proyecto me encanta, he de reconocerlo. El concepto de reutilización, reinvención, dar una nueva vida a objetos obsoletos me parece brillante, pero… ¿En serio? En cuanto lo vi por primera vez parpadeé, me trasladé a las películas más rancias de los años 70 o a la vecina del quinto que baja al chino a por pan. Estos zapatitos de tacón bajo que odiábamos hace ya 20 años volvieron con fuerza el año pasado y se han instalado en los armarios de las mejor vestidas, o quizá, más bien, de las que solo siguen las modas por las marcas o la tendencia, sin ningún aporte de originalidad. El colmo es cómo se está convirtiendo la industria de la moda en el amante de las cosas feas, el afán de muchas marcas por hacer colaboraciones, mezclarse entre si y fundirse en un híbrido raruno que hace que la elegancia de épocas doradas se vea diluida en outfits más parecidos a disfraces de carnaval que a la belleza que tanto gustaba a los clásicos.


Ben Sumpter
Recién graduado por la Saint Martins. Justo este año. Me gusta mucho el material y la técnica que utiliza. Adoro el punto y las técnicas artesanales, creo que es uno de los mejores caminos que debe recorrer el sector, luchar por una moda reciclada y sostenible que haga que las calidades de las prendas dejen de estar por los suelos, además de colocar a los diseñadores en primerísimo primer plano, por la creatividad de las construcciones y los volúmenes, experimentando con nuevos materiales. La colección que nos presenta para el verano que viene es ideal si lo que quieres es ir al Burningman o al Nowhere (versión España). Si que es cierto que el punto o el ganchillo te permite trabajar en construcciones con muchísimo volumen pero quizá volvamos a recaer en el horror vacui del “si se puede ¿por qué no lo vamos a hacer?” Al final volvemos a repetirnos en conceptos que lejos de ser originales ya están muy vistos, y si no paseate a eso de las 10 de la mañana por cualquier rave y me dices, ¿o es que todo lo que se ponen las it girls es ley?
Atalanta Arés

