SOFIE D´HOORE
MODA #18SOFIE D´HOORE
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En un mundo de la moda cada vez más rápido y agresivo, donde las colecciones parecen pisarse las unas a las otras y no queda tiempo ni para respirar entre patrón y puntada, y donde aparentemente triunfa lo que luzca mejor en una pantalla, parece arriesgado tomar un camino sosegado prestando atención y cuidado a los detalles. Sofie D´Hoore, sin embargo, eligió correr por esta calle, y ha cosechado, en 25 años de trabajo, un discreto éxito mundial a base de un acertado y característico savoir faire.

Cada mañana, Sofie D´Hoore se despide de su marido y su hijo y recorre los 140 km que separan su casa del centro de Bruselas, donde se encuentra su estudio, cerca de la comercial Rue Antoine Dansaert. Desde las 8 de la mañana hasta medianoche, de lunes a jueves, trabaja en sus colecciones. Los viernes por la tarde se despide de telas y patrones, se relaja con una clase de piano de tres horas y se retira con su familia. Los fines de semana no trabaja, son exclusivos para su vida privada.
Este modo de vida y trabajo tan compartimentado y equilibrado le ha permitido a Sofie, que se formó en la Real Academia de Antwerp, mantenerse a distancia de los aspectos más truculentos del mundo de la moda. Este pragmatismo, tan característico de su Bélgica natal, le ha ayudado también a mantener los pies sobre la tierra, construyendo un método de trabajo sencillo y eficaz que la ha llevado a ser altamente valorada tanto en Europa como en Asia.
A Sofie no le interesa pasarse el día buscando inspiración, sino que prefiere ver las ideas materializadas cuanto antes. Por ello, a pesar de ser la suya una empresa relativamente pequeña, cuenta con tres patronistas a tiempo completo que desarrollan los cortes que le han valido tan buenas críticas a la marca. Los perfiles de sus prendas son relajados, femeninos y, a la vez, delicadamente construidos y tremendamente duraderos.
Precisamente es por la pureza de sus cortes que el nombre de Sofie D´Hoore comenzó a despuntar en el mencionado país nipón. El cliente japonés valora mucho los detalles y el acabado limpio de los tejidos, y la diseñadora trabaja intensamente en hacer que éstos parezcan simples. En Londres, sus prendas gustan también por la calidad de sus materiales. Sofie sabe buscar y encontrar para cada prenda el tejido idóneo en cuanto a calidad, y también en cuanto a precio. Esto último requiere saber exactamente lo que se debe pagar por cada tela, experiencia que ella, desde luego, tiene.


Esta alta calidad de sus prendas, tanto en materiales como en construcción, ha contribuido mucho a la atemporalidad de su relato. Las mujeres que confían en la marca no sienten que se les esté imponiendo ninguna tendencia o estilo, sino que comprende que pueden utilizar la estética de D´Hoore para construir su propia imagen, fuera de cualquier condicionamiento externo. Esto es en parte gracias a la visión de Sofie, que desarrolla cada prenda teniendo en cuenta su posterior interacción funcional con la mujer. Los diseñadores masculinos, ciertamente, consideran “divino” el cuerpo femenino, y consiguen resultados orientados más a la belleza.
Gracias a esta perspectiva característica la crisis económica no ha golpeado a la firma tan fuertemente como a otras. Las tiendas y plataformas online que venden sus prendas se vieron obligadas a reducir su stock a aquello que seguro se iba a poder vender. El trabajo de Sofie era una apuesta segura, y la marca ha reforzado sus posiciones en estos años.
En resumen, Sofie D´Hoore ha conseguido construir una imagen de marca elegante, limpia, sencilla y atemporal, demostrando al mismo tiempo que es posible crear moda sin atender a estereotipos, delicadamente y de manera práctica.
Sergio García del Amo

