La encontré una mañana cualquiera de Abril cuando perdí mi norte en ese bosque. Era la esperanza de una primavera que convertía el invierno en un simple recuerdo. La fuerza y seguridad rotunda que sus ojos te clavaban en la nuca anticipaban la explosión de la luz. Lanttana era el comienzo del deshielo. La calma, Lanttana era «The brightest prelude».
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