FEDERICO ANTELO
MODA #32FEDERICO ANTELO
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«La creatividad es movimiento, es imprecisión, es todo aquello que no se lleva muy bien con el entendimiento» afirma el pintor Federico Antelo (1976) para explicarnos el proceso creativo de sus obras elaboradas en su taller madrileño próximo a Tirso de Molina (Juanelo 13, Madrid). Piezas únicas en formato textil que son resultado de la investigación experimental sobre formas y colores a través de técnicas artesanales.

Eres pintor y artista gráfico ¿nos cuentas un poco tu trayectoria ?
Siempre marco el inicio de mi producción artística a los 6 años, cuando por mi insistencia mis padres me apuntaron a un taller de cerámica. A los 11 ya asistía a talleres de dibujo y pintura y a los 18 ingresé en Bellas Artes. Ha habido épocas enteramente dedicadas a la pintura, otras centradas en la moda, o la actual que tiene su núcleo en el arte textil, pero no recuerdo ni un solo momento en el que haya pensado en dedicarme a algo no relacionado al arte, siempre ha estado conmigo.
Tus obras producen un impacto visual explosivo. ¿Qué persigues con tus variaciones infinitas?
Trabajo de manera intuitiva. Para mí el color está directamente ligado a la forma, y es justamente ese diálogo entre forma y color lo que constituye el motor de mi trabajo. Al comenzar suelo pensar en un color asociado a una forma, y luego todo lo demás se va sucediendo en torno a esa primera decisión.
¿Cómo nace la necesidad de trasladar la pintura a formatos como el textil?
Ahora que ha pasado el tiempo puedo identificar mi interés por el textil desde una edad muy temprana, pero no fui consciente de ello hasta que empecé a trabajar en diseño textil para empresas de moda. Hubo un momento en el que sencillamente el soporte textil se me presentó como altamente viable y apetecible como campo de desarrollo de mi obra plástica.
¿Cuál ha sido tu última aventura en esa investigación personal?
Como parte de la experimentación constante suelo tentar distintas superficies, últimamente he estado probando trabajar sobre lana y madera, superficies sobre las que pienso seguir trabajando.


Tienes estudio y taller propios, ¿el valor del trabajo artesanal se entiende hoy día?
No del todo. Tal vez se entienda más el trabajo artesanal o más el trabajo artístico, pero separadamente. Sin embargo cuando uno es el artesano de su propio trabajo artístico las fronteras se borran y surgen los prejuicios, puesto que es más difícil rotular todo aquello que está en movimiento. La creatividad es movimiento, es imprecisión, es todo aquello que no se lleva muy bien con el entendimiento.
Tus piezas son únicas y elaboradas bajo encargo, ¿cómo es el proceso de trabajo?
Depende, no aplico un criterio comercial a las piezas que produzco. No suelo relacionar la calidad al tiempo empleado, procuro estar atento a la pieza y parar a tiempo. Las piezas más complejas son las que voy trabajando sin bocetos. Nunca respeto los bocetos hasta el final, pero sí marcan un rumbo. Las que voy construyendo sobre el mismo proceso suelen ser más inestables, difíciles, y de producción más dilatada. En esos casos las satisfacciones suelen ser más intensas, y las broncas también.
Entras a formar parte de la vida y la identidad de tus clientes a través de tus obras ¿Qué se siente?
Es curioso, en mi casa no hay nada hecho por mi (salvo algún retrato familiar que he pintado), estoy demasiado involucrado en lo que hago como para plantearme rodearme de mi trabajo. Por eso me sorprende y gratifica que haya quien sí se lo plantee. Cuando veo piezas mías en espacios ajenos, o cuando veo en la calle un bolso con algunas de mis piezas textiles lo que se siente es una sensación muy íntima que no logro explicar todavía. El vínculo con mi trabajo es TOTAL.

Óscar Patiño

