EGO Y ESPLENDOR: HOGARES DE RIQUEZA Y PODER
OCIO #35EGO Y ESPLENDOR: HOGARES DE RIQUEZA Y PODER
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Por todos es conocida la obsesión que siempre han tenido los ricos y poderosos por la construcción. Desde las pirámides de Egipto a la basílica de San Pedro, el hombre siempre ha buscado dejar su huella inmutable sobre la Tierra. Es en las residencias de estos gobernantes y plutócratas, sin embargo, donde mejor podemos analizar su verdadera naturaleza, observando los maravillosos universos privados que crearon para su disfrute personal.

CHÂTEAU ABBADIA – Hendaya, Francia. Sobre un acantilado, observando el mar Cantábrico, se encuentra esta espectacular mansión de la segunda mitad del siglo XIX. Su diseño y construcción, a cargo del mismísimo Viollet-Le-Duc, fue encargado por Antoine d´Abbadie, una de las personalidades más interesantes que uno pueda conocer. Astrónomo, explorador, lingüista y antropólogo, fue un investigador y viajero incansable. Le debemos el mapeado de gran parte del Este de África y la traducción del amárico, la lengua ancestral de Etiopía. No es de extrañar, por tanto, que su hogar sea un lugar extremadamente interesante. Tras su aspecto exterior, de estilo gothic revival (que esconde algunas pistas de la personalidad de su dueño, como los cocodrilos de piedra de la puerta) se esconde un mundo interior mágico. Puerta tras puerta, descubrimos estancias inspiradas en diversos rincones del mundo, donde la luz y los colores nunca son iguales. Aquí y allá observamos inscripciones en lenguas desconocidas y objetos variopintos fruto de numerosos viajes. Una escalera de caracol nos lleva hasta el estudio de d´Abbadie y su biblioteca, un maravilloso compendio de varios miles de volúmenes en dos pisos. Al salir, atravesando la capilla, uno tiene la sensación de haber sido parte de una historia maravillosa que no puede comprender.
HEARST CASTLE – San Simeón, California. En una colina a medio camino entre Los Ángeles y San Francisco, con impresionantes vistas al océano Pacífico, se alza este enorme complejo residencial, erigido por el magnate William Randolph Hearst. Su construcción se inició en 1919 y se prolongaría, añadiendo nuevas alas, pabellones y jardines, hasta la muerte de su dueño, en 1951. Por sus 165 estancias (en un complejo que comprende 160 kilómetros cuadrados) han pasado grandes figuras de Hollywood como Charles Chaplin, Cary Grant y Joan Crawford. El estilo ecléctico que se observa en todo el conjunto, con edificios que asemejan una iglesia barroca colonial española a pocos pasos de una piscina grecorromana, no deja indiferente a nadie. La magnitud de las estancias, tanto en tamaño como en ornamentación, dejan entrever la personalidad del magnate, de un ego, se decía, que no cabía ni siquiera en esa enorme finca. Uno no puede dejar de pensar, observando este lugar único, en personajes como el icónico Ciudadano Kane “atrapado” en su inmensa y casi informe Xanadú o la estética excesiva de los Roaring Twenties de El Gran Gatsby. Actualmente, el complejo es patrimonio del estado de California y Lady Gaga lo utilizó (sin modificación alguna) como localización para el videoclip de G.U.Y., de 2013.


VILLA JOVIS – Capri, Italia. Si con alguien relacionamos el ego desmedido y los excesos más sorprendentes es, sin duda, con los emperadores romanos. Tiberio, uno de los más conocidos, no fue ni el más cruel ni quizás el más excéntrico, pero no hay duda de que fue un amante total del lujo y el placer. Capri y sus villas tiberinas son la prueba. En tiempos del emperador, se erigieron doce lujosas villas repartidas por la isla, formando un gran complejo de recreo para la familia imperial y sus invitados. La joya de la corona de todas ellas era la llamada Villa Jovis, encaramada en lo más alto del monte Tiberio, a 334 metros de altura, al borde de un espectacular acantilado, que la dotaba de maravillosas vistas tanto hacia el Tirreno como hacia la isla y el resto de edificaciones. Aún hoy, sus ruinas nos permiten adivinar lo grandioso del proyecto. Sus cuatro sectores diferenciados (residencial, administrativo, ceremonial y de paseo), conformaban diferentes terrazas con una diferencia de elevación de hasta 40 metros, comprendiendo una superficie de 7.000 metros cuadrados de lujo, elegancia y ornamentación exquisita. Según las malas lenguas, dentro se organizaban fiestas desenfrenadas, e incluso se decía que el emperador se deshacía de sus enemigos lanzándolos al vacío desde lo alto de las terrazas, pero eso quizá ya nunca lo sepamos.
PALACIO DE SANS SOUCI – Milot, Haití. Este edificio, del cual solo quedan unas ruinas solitarias, es testigo de una de las etapas menos conocidas de la historia de Haití. Y es que pocos saben que, durante nueve años, Haití fue un reino. Tras la revolución e independencia de los franceses, en 1811 Henri-Christophe se autoproclamaría rey de Haití. Imitando a la realeza europea, estableció una monarquía hereditaria y hasta una aristocracia, y comenzaría una ola de edificación que comprendería quince castillos, varios fuertes, grandes casas de plantación y nueve palacios, entre los que se encontraba el de Sans Souci, el más magnífico de todos. Durante el reinado de Henri I el palacio, inspirado por los grandes palacios europeos, fue conocido como el Versalles del Caribe, y en sus lujosos salones se organizaron grandes fiestas y flamantes banquetes, que pretendían asombrar al mundo con el poderío de este nuevo reino. Sin embargo, este auge no duraría mucho. Tras sufrir un derrame cerebral, el rey se suicidaría en sus jardines disparándose una bala de oro. Poco tiempo después, los revolucionarios asaltaron el palacio y, en esos mismo jardines, golpearon hasta la muerte al príncipe heredero. Actualmente, las ruinas del complejo se levantan desnudas contra los vientos tropicales como una advertencia, y pocos son los que se acercan a él.


PALACIO DE SOBRELLANO – Comillas, España. No hace falta salir del país para encontrar edificaciones espectaculares que encierran historias fascinantes. En la villa de Comillas, en la región española de Cantabria se alza, sobre un promontorio, el Palacio de Sobrellano y su capilla, hogar veraniego de los marqueses de Comillas durante el siglo XIX. Fue el primer marqués, Antonio López y López, un rico empresario y comerciante ennoblecido por el rey Alfonso XII, quien lo mandaría construir, encargándose de su diseño el arquitecto catalán Joan Martorell. El complejo, de estilo marcadamente gothic revival, comprende, además de dos puertas ornamentadas y un camino de guardia, una imponente y sobria casa principal de piedra ocre y una capilla panteón con una gran aguja situada en un lateral. Los interiores, decorados casi enteramente con maderas nobles, asemejan una verdadera catedral, y atestiguan el esplendor de la familia. Recientemente se ha especulado sobre si el origen de la fortuna de Antonio López y López fue realmente respetable, y es que parece ser que, además del comercio de textiles y de inversiones en transportes, una parte importante de la misma podría haber provenido del comercio de esclavos. Con esto en mente, uno no puede evitar comenzar a ver Sobrellano como un símbolo de algo más oscuro.
Sergio G. del Amo

