DEV LÓPEZ

Seguro que estáis hartos del confinamiento y de todo lo que de él se ha comentado estos meses. A todos se nos ha hecho difícil mantenernos en casa, confinados y relajados (o histéricos) a ratos. Aplausos, caceroladas, horas de salida según la fase y miles de métodos nuevos a los que inevitablemente tenemos que acostumbrarnos. ¿Qué mejor que hacer arte para sobrellevar el paso del tiempo?

Devi López, por muchos meses que esté encerrada, confía en su pasión y se zambulle de pleno en sus instintos artísticos. Cursó sus estudios de Bellas Artes en la universidad del País Vasco en Leioa (Bizkaia) “siempre me ha gustado el arte aunque no fuera consciente de ello” pero no fue hasta su Erasmus en Sofia (Bulgaria) que descubrió, definitivamente, que dedicaría su trayectoria profesional al maquillaje en la versión más amplia del término “me he sumergido en el arte y he descubierto lo complejo pero maravilloso que es”. Aún siendo un momento extraño para todos (sobretodo a los que les ha pillado fuera de casa), Devi ahora vive en Barcelona para cursar su estudios en Stick Art Studio, un referente internacional de formación en maquillaje estético, fantasía, artístico o caracterización y efectos especiales. Un sueño para los amantes del gremio. Una escuela para estos artistas, que lejos de estar valorados como se debe, permite a los autores explotar sus inquietudes de forma libre y sincera.

La trayectoria de su trabajo experimenta con los materiales y las técnicas “para que el resultado final se vea más pulido y completo es importante darle importancia a todos los elementos visibles”. Tanto es así que en sus trabajos podemos apreciar el uso de colores puros, delineados, generando texturas apetecibles y magnéticas. Devi toma como referente los trabajos de artistas contemporáneos como el brasileño Juca Máximo. Penetra en la pintura de forma interesante, silenciando al espectador e incitando a la observación minuciosa de cada pincelada. Emma Tingard es otra de sus artistas fetiche, básica en su interés por el aprendizaje: “en estos momentos estoy explorando y experimentando diferentes formas de crear”. Todo un viaje artístico al margen de la tendencia y en busca de la representación sensorial y evocadora de cada imagen, de cada artista, de cada ilustración olvidada o condenada al poliedro de las galerías.

Ahora que vivimos un tiempo en el que la realidad que conocíamos está lejos de volver a ser la misma, el trabajo de maquilladores como Devi tendrá que cambiar y adaptarse: “el contacto físico con las personas es inevitable y esto hace más difícil llevar a cabo el trabajo de forma segura y correcta” declara. Pero lejos de desanimarse, nos asegura que tiene muchas ganas de seguir trabajando, mezclar diferentes técnicas y materiales y experimentar dentro de los mundos de la expresión o la belleza, tomando como referente a otros grandes del make -up como Alex Box o Andrew Gallimore. Y es que en sus representaciones más expresionistas, el drama rellena la curvatura de una atmósfera donde la autenticidad de cada gesto nos demuestra cómo transmitir sin habla. Una evocación a los tiempos del cine mudo a través del alma de esta artista. Devi es capaz de condensar esa sensación olvidada en algún cuartucho de nuestra memoria para levantarnos de nuevo ante la belleza de otras épocas.

“No tengo un proyecto específico en mente en estos momentos. Puede que pase bastante tiempo hasta que pueda trabajar como antes” afirma, desilusionada por cómo esta situación está cambiándonos a todos. Aun así sus trabajos seguirán fluyendo, evolucionando y creciendo porque aun en casa “siempre es algo positivo practicar en casa, dentro de lo terrible que ha sido estar confinada”.

Atalanta Arés