CINE Y SEXUALIDAD
ARTE #35CINE Y SEXUALIDAD
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La sexualidad se debate entre la propia naturaleza y la cultura de una sociedad en continuo cambio. Como EL CAMBIO NO GUSTA, la sociedad se ancla y se libera sin otra salida que aceptarnos como somos, como quiera que sea nuestro apetito sexual. Puesto que el placer sexual habita en el cerebro, no en la entrepierna, bienvenida la inteligencia sexual para adquirir una mayor conciencia de nosotros mismos. Vamos a por un buen chute de serotonina, endorfina ¿y por qué no!? Un poquito de dopamina!
Bang gang (une histoire d’amour moderne) de Eva Husson, 2015. Un juego. Adolescentes. Verano. Un chico con una casa enorme sin control por parte de sus progenitores, por no hablar del sexo, las drogas y demás alicientes para un historia, que salvando ciertas diferencias, es la realidad, la digievolución del antiguo jueguito de la botella que escala peldaños hasta auparse en una orgía hasta el fin de sus consecuencias. Hola venéreas. Adiós diversión.
Boy erased de Joel Edgerton, 2018.La película se basa en las memorias de Gerrard Conley y en cierto tipo de programas para la supuesta curación de la homosexualidad. Una reflexión sobre la estigmatización de lo diferente y la utilización de la fe y los dogmas para sanar las desviaciones partiendo de conceptos como lo antinatural. La represión, el control y el maltrato psicológico e incluso físico como herramientas de adoctrinamiento para negar la propia sexualidad en el siglo en el que estamos.
Love de Gaspar Noé, 2015. Mediante el diálogo introspectivo de Murphy y la visión de su pene descubrimos un personaje muy básico que relata lo que fue su historia de amor con mayúsculas; los juegos, decisiones y errores que le acaban colocando en un matrimonio sin amor pero con hijo incluido. Lo que casi nadie desea pero en lo que muchos acaban. Murphy consigue llegar a darte verdadera lástima.
Belle de jour de Luis Buñuel, 1967. El aburrimiento de la vida burguesa y una buena colección de fantasías sexuales lleva a la joven Sévérine, interpretada por Catherine Deneuve, a la casa de citas de Anaïs donde acaba ejerciendo la prostitución no por necesidad, sino por curiosidad. Eso sí, solo de día, mientras su marido trabaja, ella a las cinco tiene que volver a casa a esperar a su apuesto y encantador esposo. La trama se complica y nos muestra las filias de los distintos personajes.
The canyons de Paul Schrader, 2013. Controvertida película de críticas muy dispares que une a Lindsay Lohan (nominada a mejor y peor actriz por este film) con James Deen, un actor porno que debuta en el cine convencional con este largometraje. Una película ambientada en Los Ángeles y en el mundo del cine donde las relaciones de un grupo de jóvenes eliminan las barreras de la infidelidad a través del consentimiento y el voyeurismo y donde los celos y el deseo de control terminan por arruinar todo.
Kiki de Paco León, 2016.Basada, aunque de manera muy libre, en “The Little Death” de Josh Lawson narra cinco historias de amor, sexo y parafilias que se cruzan en un verano madrileño. Una fantástica comedia española que nos enseña que la sexualidad y el deseo van más allá del patrón básico de hombre-mujer-postura del misionero para presentarnos una colección de parafilias de lo más curiosas desde el sentido del humor. Dacrifilia, elefilia, somnofilia, harpaxofilia… ¿quién da más?
Call me by your name de Luca Guadagnino, 2017. Esta cinta demuestra la importancia de la cultura en la comprensión y evolución de los cambios en la sociedad. Ambientada a principios de los años 80 nos acerca a la iniciación sexual de Elio, gracias a la visita, como cada verano, de un joven universitario americano que ayuda a su padre. Una reflexión de la inutilidad de la represión con un precioso alegato hacia el disfrute de las pasiones y también de todo lo que el amor conlleva.
Zoo de Robinson Devor, 2007. Este documental narra la historia real de Kenneth Pinyan, un ingeniero estadounidense que murió de peritonitis tras tener sexo anal con un caballo. Una cinta sobre la zoofilia que explora la delgada línea entre las parafilias y la bestialidad desde un tono que invita a la reflexión sin regocijarse en el morbo, de hecho las únicas imágenes explícitas que se muestran en todo el documental aparecen en la pequeña pantalla de un televisor.
Raúl Cabanes y Silvia Pino

