CARTELERÍA DOBLEPIENSA

El artista Manuel Hinojosa nace y crece rodeado de multitud de elementos artísticos que definen su vida por todos los costados. A lo largo de su carrera, dentro de las artes plásticas, decide, muy acertadamente, centrar sus ejercicios desde el punto de vista más crítico, tanto de su entorno como de la sociedad actual asumiendo como filosofía algo que una vez le dijeron sus padres: “las cosas no se miden por su precio sino por su utilidad”. Definitorio.

Desde este referente empieza a elaborar uno de los proyectos más excitantes que se nos presentan: NWO CORP SYSTEM. Elaborado como una empresa ficticia que se dedica a realizar propaganda doblepiensa (ya explicaremos que significa esto) de adoctrinamiento y cuyas tendencias rozan la cartelería más revolucionaria de la primera mitad del siglo XX. Para todos aquellos que no sepan reconocerlo he de comentar que se trata de carteles con mensaje, imágenes impactantes que se graban intensamente en tu retina y penetran en tu mente sin que seas capaz de evitarlo, llevándote con dicha imagen el mensaje intrínseco hasta tu vida diaria. Antiguamente, durante la guerra civil española, los movimientos revolucionarios rusos o el avance nazi, con estos carteles reeducaban a la sociedad inconsciente para llevarles hacia donde consideraban.

Una vez reconocemos el estilo de estos carteles, el artista centra sus esfuerzos en una versión novedosa que nace de la famosísima novela de George Orwel ‘1984’. Seguro que sabes de qué trata. Un futuro dictatorial en el que el Gran Hermano nos vigila y controla toda nuestra vida diaria sin que seamos capaces de escapar de su gran ojo. De aquí nace la filosofía de su cartelería doblepiensa: “Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad.”

Una vez asentados en estas bases tan potentes, cuando observamos cada uno de sus carteles nos enfrentamos a una discusión entre nuestra percepción y el sentido más lógico de lo que vemos, de lo que leemos. En cada imagen el artista nos presenta lo opuesto a lo escrito, nos demuestra como en una sociedad lineal que no observa sino que mira de pasada creando una confusión para nuestra percepción que nos devuelve a la realidad y nos coloca en la verdad del hoy. Una lucha brutal e impactante con lo establecido, muy relacionado con aquel movimiento que se engendró en la Puerta del Sol de Madrid y que lanzó una nueva perspectiva de revolución social hacia todo el mundo, al más puro estilo del Mayo del 68. Y este es el fin vibratorio de cada cartel: la construcción de un nuevo concepto de percepción que espabile al observador para que vuelva a abrir los ojos.

Manuel, el artista, por fin nos ha demostrado que no todo es lo que parece, que debemos pararnos a mirar de nuevo y dejarnos de tanta imagen sin fondo para adentrarnos como nuevos investigadores en las vibraciones de la lucha antisistema que forma parte o debería, de todos nosotros. Una lucha para acabar con el gran hermano en el que vivimos. Sin duda una formidable manera de representarlo.

Texto: Atalanta – Edición de imagen: Carmen Fernández