León
Llego a León y me dirijo a conocer a mi anfitrión. He descubierto una cosa increíble llamada couchsurfing, ¿lo digo bien? Un sistema con su página web y todo para ofrecer tu casa a viajeros o disponer de la de otros para alojarte en tu viaje. Con lo solidarios que somos los amish, tengo que probarlo.
Me recoge Pedro, un chico muy majo y quedo con él y sus amigos para que me enseñen la noche leonesa. Me paro a desayunar en Mucha Miga, aquí elaboran su propio pan y repostería. Decido probar el bizcocho de morcilla, ¡qué cosa tan peculiar y deliciosa! Tras llenarme la panza me dirijo a MUSAC, para ver sus exposiciones, que mezclan las obras modernas con reflexiones sociales, ¡vaya cosa! En mi poblado solo hacemos construcciones de madera. Nada que ver con esta maravilla.


Después de culturizarme voy al centro, a buscar esos bares de toda la vida en el Barrio Húmedo, que está entre la Plaza Mayor y la Plaza de San Martín. Pedro me ha comentado que éste es el barrio más vivo y más antiguo de León.
En León es costumbre recibir una deliciosa tapa gratuita con tu consumición, así que me dirijo a la Plaza de San Martín, pasando cerca de restaurantes en los cuales se puede degustar la gastronomía local y decido tomarme una cañita con su tapa en El Rebote. Cuando vuelva a mi poblado le tengo que enseñar a la tía Freda a hacer unas croquetas de cecina como las de El Rebote. ¡Menuda delicia! Se comenta que las croquetas de este local son de las mejores de España. Después de probarlas lo tengo claro.
También me paso por El Flechazo, es uno de los mejores bares de por aquí. Me tomo una caña con su tapa estrella, las patatas fritas con ajo y pimentón, deliciosas.


Con tanta tapita se me ha abierto el apetito y paseando me encuentro en una encrucijada. Los restaurantes Koi japonés y Becoock me han encandilado. En Koi japonés te trasladan a Tokio con su deliciosa comida y en Becook miman la estética y elaboran sabores de toda la vida con nombres tan originales como: Salmón ‘perfecto’, Toma pollo y moja en curry, y un largo etcétera. Al final decido comer en un restaurante que está unido a Koi Japonés mediante un jardín vertical: El Clandestino. La originalidad del local y su carta me hacen salir de dudas.
Ya he comido y tengo ganas de curiosear un poco las tiendas. Me paso por Hana Bi, una tiendecita que mezcla lo retro y actual y Elektra Comics, otra tienda que también me ha gustado, hay infinidad de cómics para todos los gustos.


Paseando, me llama la atención Tribeca Snack Bar. Es un sitio alternativo, con estética de ladrillo y sillas industriales. Yo me siento en el patio, que hay concierto en directo y no hay nada mejor que disfrutar de música en vivo con mi cañita. Este local también cuenta con eventos muy especiales, uno de ellos el vermú musical con mercadillo.
Sigo mi paseo vespertino y llego al Hotel Conde Luna, en el que parece hay una terraza para disfrutar de León de una manera diferente, desde las alturas. Eso no me lo pierdo. Desde aquí, la Azotea niMÚ, veo edificios como la Torre del Gallo de San Isidoro o el Palacio de los Guzmanes, ¡qué preciosidad!


Después de tan bonitas vistas y tanto paseo me rugen las tripas. He quedado con Pedro y sus amigos en la Plaza Mayor para ir a Mamá Tere Gastrobar. En el local, beben del producto de temporada y para este San Frolilán tienen preparados unos Ferrero Rocher de morcilla con queso fresco y puré de manzana ácida rebozados en avellanas, se me hace la boca agua solo de pensarlo. El stick de mango y pollo con salsa picante es la tapa estrella del local, y no dudo en probarla. ¡Me he llenado hasta reventar!
Entre risas e historias me voy con Pedro y sus amigos a El Mongogo, un bar de copas donde Pedro me habla del Festival Purple Weekend, que incluye conciertos, mercadillos y desfiles de moda entre otras cosas y se celebra en principios de Diciembre. De allí nos vamos a un garito que se llama Woodstock, pasando cerca de locales como El Gran Café, en el que hacen conciertos. Woodstock se encuentra en el Barrio Húmedo y tiene una decoración muy guay con maletas, chapas de coches y motos, ¡flipante! Nos tomamos unas copas al ritmo de música inglesa años sesenta y ye-ye española. ¡Ya sigo a Pedro en Instagram! Desde luego el couchsurfing ha merecido la pena.
Ilustración:Prisco – Texto:Yulia Z.
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