Cinco películas que (también) me hubiera gustado leer
Puede que esta entrada no tenga mucho que ver con el estilo habitual de Bibliotèque, pero ya que la mayoría de gente está de vacaciones, he decidido que mis ideas también. Y como últimamente en Ssstendhal estamos muy cinematográficos, he creído oportuno este nuevo artículo.
El cine y la literatura tienen muchos puntos en común y desde la coexistencia de ambos han ido muy cogidos de la mano. Eso nos ha dado muchas cosas positivas en cómo contar las historias, pero también ha derivado, sobre todo últimamente, en un abuso excesivo al recurrir en la literatura para trasladar sus argumentos a la gran pantalla. Está claro que el mundo del cine, con excepción de algunos casos y autores, no pasa por su momento de mayor creatividad.
No es que quiera que se convierta en algo habitual, pero el otro día se me ocurrió que había unas cuantas películas que, además de disfrutarlas con su visionado, también me encantaría leerlas en versión novelizada. Ya sea por su guión, por sus personajes o por su ritmo, hay muchas cintas que darían mucho juego en tinta y papel. Por ahora he elegido estas cinco, y ya veremos si con el tiempo aumentamos la lista. Que conste que no hay ninguna preferencia en el orden. Excepto con ‘American Beauty’, que es la primera porque la he visto esta tarde y está más fresca en mi memoria.
American Beauty
En 1999 se publicó una de las obras maestras del cine contemporáneo, ‘American Beauty’. El maestro Sam Mendes (‘Camino a la perdición’, ‘Revolutionary Road’) se encargó de la dirección de esta fantástica película, y no pudo hacerlo mejor. Claro que venía acompañado por un excelente guión a cargo de Alan Ball, creador posteriormente de la serie de culto ‘A dos metros bajo tierra’. En apenas dos horas hace un veraz retrato de la sociedad actual mostrando sólo una familia base estadounidense, sus vecinos y algunos de sus amigos. Una tragicomedia ambientada en el mundo actual donde se da especial importancia a las frustraciones impuestas por el estrés, el afán constante de aparentar y de tapar nuestras miserias, y de los traumas establecidos por convicciones sociales o personales. Una de las grandes virtudes de ‘American Beauty’ es su potencia visual, donde Sam Mendes despliega su buen hacer con un gran uso de planos, sin florituras pero llenos de astucia. La irónica interpretación de Kevin Spacey también fortalece esa influencia que recibimos a través de los ojos, pero al ser una historia tan apoyada en unos personajes de gran calidad, he de reconocer que, sin obviar la película, me encantaría leer una novela de idéntica historia.
La Gran Belleza
‘La Gran Belleza’ ha sido para mí una de las mejores sorpresas que me ha dado el cine en los últimos años. No es que tenga mucha fe en los Oscar, pero hay que reconocer que en la categoría de películas de habla no inglesa suelen dar en el clavo. Así que avalada por el, por aquel entonces (2013), reciente galardón vi ‘La Gran Belleza’. Dirigida por Paolo Sorrentino y escrita por él mismo junto con Umberto Contarello, nos cuenta la historia de Jep Gambardella, un periodista que en su juventud llegó a Roma para buscarse un hueco entre las altas esferas de la sociedad italiana. Apodado por él mismo como «El Rey de la mundanidad», se nos presenta un personaje altivo y de gran cultura, que ha tenido una vida llena de placeres y sin muchos contratiempos ni compromisos, rodeado por personajes de todo tipo, altivos como él, vacíos y pretenciosos, desfasados, llenos de contenido pero apocados por sus propios miedos, y así un amplio abanico de caracteres. Pero lo que es la vida y el tiempo, en su etapa madura hace un descubrimiento sobre un amor de su juventud que tambaleará unos cimientos que él creía fuertemente arraigados. Aunque sea ficción, imagino una posible novela al estilo de la obra ‘Mi lucha’, de Karl Ove Knausgard, donde fuera el propio protagonista quien contara con todo lujo de detalles sus vivencias y sus expectativas. Creo que el ritmo pausado que Sorrentino le da a la cinta viene muy influenciado por el mundo literario.
La Vida de los Otros
Como ‘La Gran Belleza’, ‘La vida de los otros’ ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa y numerosos galardones en las entregas de premios de todo el mundo. Aunque tuvo bastante repercusión en su momento, puede que su origen alemán provoque que no sea tan conocida como otras para el gran público. Florian Henckel von Donnersmarck, guionista y director, fraguó una preciosa historia ambientada en 1984 con la República Democrática Alemana como trasfondo. En ella Gerd Wiesler, miembro de la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado), es el encargado de espiar mediante escuchas a un escritor de teatro que se le supone adalid y representante cultural de las bondades de la RDA. Pero las cosas no son siempre como parecen, y mientras que surgen las dudas sobre la sincera implicación del escritor, la férrea convicción por el modelo político que tiene Wiesler empieza a tambalearse. Sin quererlo y casi ejerciendo de Gran Hermano, se ve totalmente engullido y absorto contra su voluntad por lo que recibe de esas escuchas secretas, mientras capta las aristas de un sistema que antes idolatraba y que hasta ese momento no había tenido en cuenta. Wiesler aprecia en el escritor y su novia un modo de vida del que carece y añora, y a su vez nos muestran cómo las relaciones personales se pueden ver coaccionadas por la falta de libertad y las doctrinas totalitarias. Un gran guión que emplea el halo de espionaje para presentarnos dos historias, una de soledad y otra romántica, pero ambas llenas de frustración, haría de ‘La vida de los otros’ una novela que no podrías parar de leer.
El Secreto de sus Ojos
Sí, también ‘El secreto de sus ojos’ ganó el mismo Oscar que las dos anteriores. Pero prometo que la elección es pura casualidad, más alla de que todas son grandísimas obras. Yendo a lo que es la película, ¿hay alguien a estas alturas que no sepa quién es Ricardo Darín? El actor argentino más conocido mundialmente no lo es porque sí, lo es porque se ha forjado una carrera cinematográfica sin parangón. Él fue uno de los artífices en el resurgir del cine argentino con obras como ‘Nueve Reinas’ o ‘El hijo de la novia’, y nos ha encantado en su papel de “Bombita” en la reciente ‘Relatos Salvajes’. Precisamente ‘El secreto de sus ojos’, como ‘El hijo de la novia’, tuvo en la dirección a Juan José Campanella, además de a Darín como protagonista. Ambos nos dejaron en 2009 una de las películas mejor hiladas que ha dado el cine en años, una auténtica obra maestra que tiene todos los ingredientes para engancharnos irremediablemente. La película se desarrolla en dos planos temporales, uno a mediados de los ’70 y otro a finales de los ’90. En ambos el protagonista es Benjamín Espósito, el personaje de Ricardo Darín, funcionario en el Juzgado de Instrucción. Una mañana recibe un caso de asesinato que tiene que gestionar. Pero no es un asesinato cualquiera, por ciertos motivos se siente conmovido y se llega a obsesionar con el caso. En los ’90, una vez retirado y sin haber dado con un culpable, se plantea escribir una novela mientras recuerda no sólo el caso que tantos quebraderos de cabeza le trajo, sino a la mujer con la que trabajaba y de la que siempre estuvo enamorado. Cierto es que ‘El secreto de sus ojos’ tiene en su haber la magistral interpretación tanto de Darín como del resto de actores, y una dirección de las que crean escuela, pero su guión es tan redondo que bajo las manos de un buen escritor hubiera sido una novela espectacular.
Magical Girl
Ya era momento de poner algo de cine español. Y aunque fuera austrohúngara, por poner un ejemplo, la hubiera incluido igual. Ganadora de la Concha de Oro a mejor película y la Concha de Plata a mejor dirección en el Festival de San Sebastián, ‘Magical Girl’ es una película de escasos medios económicos pero con mucho, muchísimo talento detrás. Carlos Vermut es uno de los directores con mayor proyección y Magical Girl sirvió para confirmar que todo lo bueno conseguido con Diamond Flash no era fruto de la suerte y sólo se trataba de un pequeño aperitivo para lo que se nos venía encima. Una historia coral en la que tenemos a un padre, profesor de literatura en paro, que entrega su vida para cuidar de su hija, fan del manga y el anime, y enferma de cáncer. Por otra parte tenemos a Bárbara (Bárbara Lennie ganó el Goya por su interpretación), una chica problemática con grandes contradicciones morales y a otro profesor, José Sacristán, cuyas atormentadoras obsesiones le llevaron a la cárcel. Me gustaría contar más, pero intento evitar cualquier resquicio ante la posibilidad de desvelar el mínimo detalle de un impresionante guión que merece mucho la pena ser deleitado en una cinta que se cuece a fuego lento y nos golpea en la cara con puño americano. Sí mencionaré la gran cantidad de referencias que Carlos Vermut incluye sobre la literatura y el cine, y que ayudan a crear una atmósfera y universo únicos. A todas luces, si este guión fuera novelizado como tan hábilmente ha sido dirigido, tendríamos una grandísima novela.
Raúl Montes